EL NO ES AMOR

El primer entorno favorecedor de la adaptación o inadaptación del niño /a es din duda la familia y los padres son activos educadores emocionales de sus propios hijos.
Casi todas las generaciones anteriores a las nuestras fueron educadas según el modelo:
a) padres poco amables y severos: obediencia ciega a la autoridad, recibiendo duras recriminaciones frente a cualquier falta.
b) padres amables, pero no firme. Este modelo es absolutamente opuesto al anterior . Los padres se preocupan constantemente de facilitarle las cosas a sus hijos y evitarles sufrimientos de cualquiera naturaleza. Ellos se acostumbrarán a que todos los demás deben actuar de acuerdo con sus deseos. Al llegar a la edad adulta son capaces de alterarse profundamente si no pueden comprarse una casa en el lugar que está de moda.
c) padres sin amabilidad y sin firmeza. Esta es la peor fórmula de todas , es la que a la larga produce los peores resultados. Los padres critican y les gritan a los hijos constantemente, les dicen que son malos pero no les enseñan a corregir su comportamiento.
Los padres como los naturales educadores de nuestros hijos debemos prepararnos para lograr nuestro propio equilibrio, y transmitirlo a través de nuestras propias actitudes. " Los padres equilibrados actúan según el modelo:
d) padre amable, pero firme.
Para eso debemos intentar:
1) Ser comprensivos y razonables con nuestros hijos. Son niños , no adultos.
2) Darles pautas de conductas claras , firmes y ser consecuentes con esas pautas , sin llegar a las actitudes rígidas.
3) Ayudarles y permitirles a superar por si mismos las dificultades que van enfrentando de acuerdo a sus posibilidades.
Toda esta reflexión la hacemos a propósito del gran aumento de los hijos tiranos que suele ocultarse a puerta cerrada y en silencio.
El " síndrome del niño emperador " o " pequeño dictador " son los diferentes nombres que se les da a los niños y adolescentes que maltratan a sus padres.
¿Qué lleva a un hijo a maltratar a sus padres ?¿ Qué lleva a un niño a sentirse con tanto poder y control sobre ellos ?
Si analizamos los modelos presentados al principio de este artículo claramente nos damos cuenta que el modelo c) es el más perjudicial y que ya se ha constatado da los peores resultados: en el futuro los niños tienden a presentar conductas antisociales o rayar en las delictivas.
Debemos tener claro que un niño no debe sentir que es un " centro de mesa" . Nuestra incapacidad como padres de establecer límites claros, castigos y restricciones viene generalmente del miedo a frustrar a los niños. Producto muchas veces que los padres han recibido la educación tipo a) que dejando secuelas psicológicas relativamente severas por lo que nos planteamos otros métodos educativos cayendo casi sin darnos cuenta en la permisividad a veces extrema, si unimos a esto la sociedad hedonista que tiende a evitar cualquier dolor o sufrimiento y colabora aún más con esta visión , tenemos el perfecto caldo de cultivo para la creación de" niños monstruos".
¿Entonces cual es la mejor educación para nuestros hijos ? Sin duda la que imparten los hogares democráticos. El ambiente democrático se caracteriza por una permisividad general, muy asociada al afecto. Los padres brindan un sólido apoyo emocional evitando tomar decisiones arbitrarias, conversan mucho con sus hijos en un ambiente distendido. Estas conductas se vuelven habituales generalizándose a otros ambientes. Los niños son activos, competitivos, juguetones, asertivos entre otras habilidades. Pero los procedimientos democráticos solo resultan efectivos si concuerdan con la personalidad y actitud de los progenitores. Si somos padres rígidos y controladores y queremos emplear técnicas democráticas no sería conveniente porque se gestan otro tipo de tensiones que perjudicarán al niño/a.
No tememos decir no a nuestros niños ,y cuando temamos hacerlo, miremos a nuestro interior y preguntémonos ¿ a qué tenemos miedo y porqué nos sentimos culpables ?
Es importante que tengamos claro que el no es amor.

Ilustración de Marco Antonio Sepúlveda